DÍA 3: PARQUE NACIONAL DE GORKHI-TERELJ
- Íñigo Sarralde Alzórriz
- 9 sept 2019
- 1 Min. de lectura
🏞 ADENTRÁNDONOS EN LA ESTEPA 🏞
Tras bajarnos del tren y acomodar nuestro equipaje en las furgonetas, pusimos rumbo al Parque Nacional del Gorkhi-Terelj, haciendo una parada en un supermercado para comprar algo de fruta y agua.
A medida que nos alejábamos de Ulan-Bator, íbamos siendo más conscientes del lugar en el que nos encontrábamos. La estepa infinita se extendía hasta el mismísimo horizonte, plagada de pequeñas tiendas redondas; los icónicos ger. Estos iban inseparablemente acompañados de caballos y demás cabezas de ganado.

El concepto de "carretera", tal y como lo conocemos, es prácticamente inexistente en Mongolia. Su infraestructura viaria consiste en un puñado de carreteras comparables a las comarcales españolas, con una estructura radial concéntrica en Ulan-Bator. No obstante, el grueso de su red se fundamenta en pistas de tierra y caminos rocosos, por los que nos veríamos obligados a desplazarnos en días sucesivos para alcanzar los lugares más recónditos del país.

De camino al alojamiento en el parque del Terelj, paramos a visitar el monasterio de Manzushir, un templo budista que data del año 1733, siendo destruido en 1937 por los comunistas y reconstrudio en 1998 bajo la protección del estado.
Llegaríamos tras esta breve visita a nuestro alojamiento en el Terelj Lodge, el que sería el alojamiento más "lujoso" de todo nuestro viaje, según palabras de nuestra guía Delgee (y, a decir verdad, así fue). Enclavado en un precioso valle, éste campamento disponía de todas las comodidades esperables en cualquier hotel.
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