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DÍA 4: DUNAS DE ELSEN TASARKHAI

  • Foto del escritor: Íñigo Sarralde Alzórriz
    Íñigo Sarralde Alzórriz
  • 19 sept 2019
  • 1 Min. de lectura

🌵CONOCIENDO EL SEMI-GOBI🌵

El amanecer del cuarto día sería un poco diferente. No sin mucho esfuerzo, mi amigo Fran y yo decidimos madrugar para ver el amanecer desde lo alto de la cadena montañosa que encerraba el valle en el que se encontraba nuestro alojamiento.

Volvimos justo a tiempo para ducharnos, desayunar y preparar la mochila. Por delante nos quedaría el que sería el día más ajetreado del viaje.


La primera parada fue la conocida "Turtle Rock", que los locales veneran en la creencia de que esta les trae prosperidad y buena fortuna. La leyenda dice que el rey "Galdanboshigt" escondió en ella todos sus tesoros. Desde lo alto de esta gigantesca roca pudimos observar las montañas de los alrededores, a las que a menudo se alude como "La Suiza Mongola".

Vistas de la escapada con Fran para ver el amanecer

Muy cerca de la Turtle Rock encontramos el templo de meditación de Ariyabal, donde monjes budistas se reunían para llevar a cabo sus rituales. Para acceder al mismo, hay que subir 108 escaleras.

Al salir del templo, montamos nuevamente en las furgonetas para volver en dirección a Ulan-Bator y dirigirnos hacia las dunas del Semi-Gobi de Elsen Tasarkhai. Se trata de un entorno impresionante, cambiando en cuestión de metros el bioma por completo.

Ya cayendo el sol, llegamos a un campamento nómada con camellos bactrianos, en los que tuvimos oportunidad de dar una pequeña vuelta.

Acabamos el día en un campamento, que si bien se encontraba en el Semi-Gobi, tenía un estilo muy similar al de la Siberia Mongola con sus icónicos Teepee, en los que por cierto se duerme realmente bien.

Concluye así el cuarto día de este maravilloso viaje, con una jornada llena de experiencias para incluir en la memoria.

 
 
 

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